El pasado jueves, el INEGI publicó el Indicador Trimestral de la
Actividad Económica Estatal, en donde Tamaulipas se ubica por encima
del resto de las entidades del país, exceptuando a Baja California y
Baja California Sur.

La medición corresponde a los tres primeros meses del año, y resulta
muy útil para entender el panorama sobre el desempeño económico de los
estados.

La actividad económica de Tamaulipas creció 3.1% respecto al trimestre
previo, y no solo fue la tercer entidad con mayor crecimiento, si no
que lo hizo con una diferencia de hasta un 200% en comparación con
otros estados.

Por ejemplo, en Nuevo León el crecimiento de la economía fue de apenas
0.4% y en el Estado de México de 0.3%.

En la Ciudad de México solo crecieron 0.1%, en Coahuila 1.6%, en
Chihuahua 0.3% y en Campeche se contrajo la actividad en 2.6% (-).

En contraste, Baja California y Baja California Sur, los únicos dos
estados con mayor crecimiento que Tamaulipas, apenas lo superaron con
0.1% y 0.2%.

Así que el crecimiento no solo fue superior a 29 entidades si no que
además se logró con una diferencia notable, lo que habla de la solides
económica que tiene el estado.

Pero incluso, si se compara con el primer trimestre de 2016, el estado
tuvo un crecimiento de 0.4% en su actividad económica.

Si se desglosa el crecimiento por sector de actividad, se tiene que
las actividades primarias (agricultura, ganadería, minería, pesca,
explotación forestal) crecieron 3.2%.

Las actividades secundarias (transformación de materias primas en
productos elaborados) se redujeron -5.3%, aunque si se excluye la
minería petrolera (actividad exclusivamente de la federación) la
disminución es de apenas -0.2%.

Mientras que las actividades terciarias (servicios) tuvieron un
crecimiento de 3.8% respecto al mismo trimestre del año anterior.

Entre más desarrollada se encuentra un economía, las actividades
terciarias toman mayor protagonismo, y esto ya lo podemos ver en
Tamaulipas, donde si bien el campo y la maquila no dejan de ser
importantes, son superados por la prestación de servicios.

Y sin embargo, en la capital del estado, estas cifras parecen estar
muy alejadas de la realidad, y es que las actividades económicas de
todo tipo se encuentran estancadas y la gente anda sin dinero en el
bolsillo.

Cada día son más los negocios que cierran en comparación a los que
abren. El salario está por los suelos y la calidad de vida va en
picada.

La explicación es sencilla, Ciudad Victoria no es Tamaulipas, por
mucho que se nos olvide a los capitalinos. Y si bien es cierto que el
estado tiene responsabilidad en cada uno de los municipios, el
principal responsable es el gobierno municipal, que para eso existe.

Y aquí es donde se explica que el Ayuntamiento de Oscar Almaraz
beneficie únicamente a sus amigos, prestanombres y familiares.

$300 millones en obras, que anunció con bombo y platillo, y sin
embargo nada ha dicho de las licitaciones, ni mucho menos de los
dueños de las empresas que “ganaron» los supuestos concursos.

Y claro, si el dinero público se queda concentrado en pocas manos, que
para colmo lo invierten en otras ciudades e incluso el extranjero,
fácilmente podemos entender que Victoria se encuentre estancado
mientras el resto de Tamaulipas sigue avanzando.

Ahí están los números, que son del INEGI por cierto, no de cualquier
asociación improvisada.

Y si todavía le queda alguna duda en la gran diferencia entre Cabeza
de Vaca y Oscar Almaraz, aquí está este botón: mientras Almaraz se iba
de vacaciones al Caribe, Victoria se quedaba sin agua y un simple
ventarrón arrancaba árboles y postes de la ciudad, y claro que en
lugar de regresar de su viaje para combatir el estrés, el alcalde se
dedicó a postear imágenes viejas de sus giras por la ciudad.

Mientras eso pasaba en la capital, el gobernador presenciaba la
destrucción de las armas de fuego decomisadas por el ejército en la
entidad y supervisaba los operativos de seguridad en estas vacaciones.

Uno de vacaciones, el otro trabajando. Ahora si entiende porque
Tamaulipas va para arriba y Victoria para abajo. Está claro.