El secretario de Seguridad federal, Alfonso Durazo, recibirá al gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, para abordar el despliegue de la Guardia Nacional que, a su juicio, privilegia a entidades como Chiapas, Tabasco y Ciudad de México, frente a estados con alta violencia como el que gobierna.

El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que designó a Durazo y al secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, para que atiendan al mandatario tamaulipeco.

Cabe destacar que en una carta, el gobernador García Cabeza de Vaca solicitó audiencia con el primer mandatario, al argumentar que la seguridad en Tamaulipas está siendo asumida únicamente por las fuerzas estatales.

El gobernador admitió que la seguridad en aquella entidad es inestable, y si bien han disminuido los homicidios, en municipios como Miguel Alemán y Nuevo Laredo se han registrado incursiones violentas de grupos delictivos para recuperar plazas y rutas del narcotráfico.

“Por los equilibrios que mantiene Tamaulipas, señor presidente, no se explica la decisión de la Federación en cuanto al despliegue territorial de fuerza. Según información oficial, Tamaulipas ocupa el lugar 22 en la asignación de elementos de la Guardia Nacional por cada 100,000 habitantes, notoriamente por debajo de Zacatecas, Tabasco y Chiapas. En términos absolutos, la Ciudad de México, la entidad con mayor estado de fuerza, tiene tres veces más elementos de la Guardia Nacional que Tamaulipas”, refirió el gobernador García Cabeza de Vaca.

El martes pasado se conoció a través de las redes sociales que un grupo delincuencial montó un retén en una carretera de Reynosa para robar a automovilistas; hace seis días, se informó de una balacera a plena luz del día en Nuevo Laredo donde se observó a un convoy de vehículos con sujetos armados.

El 16 de agosto, El Economista publicó que el despliegue de la Guardia Nacional (GN) aún no logra la cobertura requerida respecto del nivel de violencia que se vive en las entidades federativas.

Por ejemplo, Baja California, Guanajuato, Guerrero y Tamaulipas, que padecen desde el sexenio anterior altos niveles de homicidios, cuentan con un número bajo de elementos respecto a la violencia que se vive en sus comunidades.