Un pasajero que hacía un vuelo de largo recorrido con Singapore Airlines, de nombre Vitaly Kamluk, descubrió que en la parte inferior de la pantalla del asiento anterior al suyo, donde podía ver las imágenes del ocio a bordo (películas, mapas, etcétera), había un orificio sospechoso. Como haría cualquier persona hoy en día, el pasajero tuiteó la fotografía que obtuvo y esta se difundió por la red. Al instante, por supuesto, obtuvo respuestas: era una cámara. Es decir: los viajeros de este avión están siendo filmados todo el tiempo por el propietario del avión, obviamente, Singapore Airlines.

La cuestión se convirtió en un asunto repetido en todas las redes, hasta que se pudo determinar que, efectivamente, esto ocurre en varios aviones de United, American y Singapore.

United contestó la primera para decir que no había esas cámaras en sus aviones, pero después tuvo que rectificar. Sí, también en sus aviones se puede filmar a los pasajeros.

Singapore Airlines participó en el debate en Twitter, donde explicó que ellos no filman a nadie, ni reciben esas imágenes, ni tienen interés alguno en ello. Indicó que varios modelos de última generación incorporan un equipamiento de Panasonic, especificado por el fabricante, para usos posteriores futuros que Singapore desconoce.

Al parecer, ninguna aerolínea tenía ni idea de estas cámaras, por lo que han dicho.

¿Para qué están los fabricantes introduciendo estas cámaras?

Como el debate continuó, parece que se ha conseguido aclarar que en el futuro se pretende que los pasajeros sentados en una butaca puedan llamar por videoteléfono a otros pasajeros del avión, para hablar pantalla a pantalla.

Obviamente, los fabricantes no parecen haber observado la cuestión de privacidad que implica filmar al os pasajeros o, al menos, disponer del equipamiento que pueda hacerlo.

Ahí tienen, pues, otra razón para la preocupación. Filmados las veinticuatro horas del día, sin derecho siquiera a dar una cabezadita en privado.