Llamas Comunicacion Lo mas importante de la comunicacion es escuchar lo que no se dice.
Nuevo Laredo, Martes 29 de Octubre 2024.- Contrario a lo que muchos creíamos, la presidenta municipal, Carmen Lilia Canturosas Villarreal, ha demostrado ser bastante agradecida.
Su reciente nombramiento de César Eugenio Hernández Ancona como director de la Preparatoria Municipal no es solo un gesto de cortesía; es un claro reconocimiento a su papel en el escandaloso fraude electoral del 2 de junio.
Nada en la política es casualidad. Hernández Ancona, como Consejero Presidente del Consejo Municipal del Instituto Electoral de Tamaulipas, tuvo un papel protagónico en el desastroso proceso electoral.
Se le vio permitiendo el acceso indiscriminado de funcionarios municipales a las instalaciones del IETAM durante el conteo de votos.
Un video que circuló públicamente muestra cómo toleró el mal manejo de boletas, todas dirigidas a favorecer a la candidata de Morena.
A esto se suma la denuncia de la desaparición de más de 12 mil boletas, un hecho que, lejos de ser investigado, parece haber sido convenientemente ignorado, así como miles de boletas electorales que fueron contabilizadas y no presentaban dobleces, que eran necesarios para introducirlos en las urnas.
La pregunta que surge es: ¿es este nombramiento un simple «premio» por su lealtad?
Queda la pregunta, ¿Qué más habrá recibido? A cambio de 3 años de gestión que recibió Carmen Lilia Canturosas Villarreal.
Es difícil creer que un sueldo como director de una Preparatoria pueda compensar los tres años de complicidad en el gobierno de Canturosas.
Este cargo parece más un reconocimiento por los favores prestados que una decisión basada en el mérito educativo.
En términos prácticos, Canturosas Villarreal no solo recibió de Hernández Ancona su complicidad; también lo hizo de otros que, al igual que él, vieron en su administración una oportunidad para beneficiarse.
Durante su primer mandato, la presidenta tuvo a su disposición un presupuesto superior a los 5 mil millones de pesos, y los resultados están a la vista: obras públicas de mala calidad, mal ejecutadas y con capital que, en muchos casos, parece haber fugado hacia constructoras foráneas.
Así, la administración de Canturosas Villarreal se ha construido sobre una serie de decisiones que no solo han afectado la confianza del electorado, sino que también han alimentado una cultura de impunidad y corrupción en el municipio.
Este panorama deja una sensación de inquietud entre los ciudadanos, quienes ven cómo los premios por la complicidad pueden más que la búsqueda de un verdadero servicio público.
La política en Nuevo Laredo parece un juego donde el agradecimiento es la moneda de cambio, y la ética, un lujo que pocos se permiten.
