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Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Pruebas en materia de balística forense determinaron que los cuatro jóvenes acribillados por militares no dispararon y además concluye que los disparos realizados por el personal castrense fueron hechos a corta distancia, asesinando a un padre de familia e hiriendo a dos de sus amigos.
Una cuarta persona fue detenida por los soldados, que manipularon la escena del crimen, sembraron un arma tipo R-15, cargadores y balas, tratando de “justificar” el ataque en contra de 4 jóvenes desarmados que habían salido a buscar de cenar.
A un mes de ocurrido el crimen de Javier, de 26 años, comerciante y padre de familia, en donde resultaron heridos sus amigos Osvaldo Misael y José Luis, la Fiscalía General de la República –FGR- no ha ejercido acción penal en contra de los militares involucrados.
Un perito en materia de balística forense determinó, mediante pruebas periciales, que el automóvil Honda Accord en que viajaban las víctimas presenta 18 orificios de bala, realizados a corta distancia.
En todos los orificios de entrada de los proyectiles disparados por los militares se estableció que fueron realizados de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo y de afuera hacia adentro y algunos de atrás hacia adelante, de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo y de afuera hacia adentro; varios disparos tuvieron orificios de salida.
Esto indica que todos los disparos fueron realizados por personal militar a muy corta distancia, casi a quemarropa y tiraron directo a los ocupantes del vehículo, asesinando a uno y lesionados a dos, solo uno salió ileso, pero fue ilegalmente detenido y ya se encuentra libre.
En esta ejecución extrajudicial cometida la noche del pasado 7 de febrero en Sierra de las Águilas y Cerro de la Silla en el fraccionamiento Colinas del Sur, ya intervino la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Javier recibió dos balazos. Ambos por la espalda, cuando conducía un auto Honda Accord y era acompañado por sus amigos Osvaldo Misael, José Luis –quienes resultaron heridos- y Daniel Alfonso, el cual fue detenido después que los militares les sembraron un arma, cargadores y cartuchos.
Los tres sobrevivientes ya se encuentran en libertad, al demostrarse ante un Juez de Control que el personal militar disparó sin ningún motivo, manipuló la escena del crimen, sembró un arma, y recolectó todos los cartuchos percutidos.
La víctima de la ejecución extrajudicial y sus tres amigos salieron negativos en la prueba de Rodizonato de Sodio, que sumada a los resultados de las pruebas en materia de balística forense confirman que no dispararon, sino que fueron víctimas de los militares que continúan impunes.
