Sabedores de que la mayor parte de los trabajos no remunerados son prestados por mujeres, la Licenciada en Mercadotecnia, Giselle Arellano afirmó que ello ocasiona que se amplíen las diferencias entre hombres y mujeres en el mercado laboral mexicano, por lo que el trabajo no remunerado es el que presta la Mujer en el hogar, lo que es una actividad laboral que genera bienes y servicios que en términos anuales representa un total de 27.6 por ciento del PIB1, o 6.6 billones de pesos.
En este sentido, indicó que ante tal situación autoridades gubernamentales del Estado de México implementaron el programa de “Salario Rosa” ya que el trabajo no remunerado es una actividad laboral, que no está regulado en la Ley Federal del Trabajo, por tal motivo, no se considera como un trabajo remunerado, por lo que se puede llegar a trabajar más de 9 horas.
Por lo que, Giselle Arellano agregó que el trabajo no remunerado, alcanzó en el 2021, un incremento de 4.8 puntos del PIB, aumento que -de acuerdo a los especialistas- se dio debido al evidente aumento de la carga de labores domésticas y de cuidados, durante el primer año de pandemia, lo cual es visto por los economistas, -informa el INEGI- y aseguró que es necesario darle la importancia que tiene, debido a su participación en la economía nacional.
Señaló que las responsabilidades y tiempo dedicado al hogar o al cuidado de personas dependientes, sin recibir remuneración alguna, restringe notablemente la posibilidad de las mujeres de contar con ingresos propios, de buscar opciones en el mercado laboral, de participar plenamente en la política y la sociedad, además de relegarlas de la protección social indispensable para la satisfacción autónoma de sus necesidades y negándole una independencia económica que las empodere.
Es por ello, reiteró Giselle Arellano; que es urgente reivindicar el papel y valor de las mujeres con el trabajo que realizan en el hogar y para ello es necesario redistribuyendo la carga total de trabajo y de tiempo; entre hombres y mujeres, lo cual permitiría con mayor fluidez la igualdad de género, la cual se podrá fortalecer en los hogares mexicanos poniendo en práctica políticas públicas con perspectiva de género que les permita a quienes laboran sin percepción salarial, dejen de vivir en una situación de pobreza en la que se respeten sus derechos humanos.
Destacó que el trabajo no remunerado incluye actividades como cuidado de los hijos, de enfermos y ancianos, preparar alimentos, lavar, planchar, limpiar espacios domésticos y la gestión de los mismos, ocupando la mayor parte de su tiempo de las mujeres, las que en los últimos años se les ha reconocido el trabajo no remunerado como un trabajo laboral y se ha reconocido el derecho de las personas que lo realizan a la protección social además del beneficio del “Salario Rosa”.
Indicó que aunque no está claro cuánto ha crecido el trabajo mal remunerado en México, es probable el aumento debido a una combinación de factores, incluyendo el aumento de la competencia en el mercado laboral, o bien; el aumento de los costos de vida y el aumento de la automatización, lo que convierte al trabajo mal remunerado, es un problema preocupante, ya que los trabajadores que reciben salarios bajos tienen menos dinero para gastar en cosas como comida, educación y cuidado de la salud, además de que será más difícil para quien labora en un empleo mal pagado ahorrar dinero para el futuro o invertir en su propio desarrollo y profesionalización educativa.
Por tal motivo, Giselle Arellano afirmó que el trabajo mal remunerado es un problema complejo como manteniendo salarios mayores al mínimo además de actualizarlo regularmente para que no se quede atrás del costo de vida, además de que se puede impulsar el empleo en sectores que ofrecen salarios más altos y mejores condiciones de trabajo y fomentar el desarrollo de habilidades y la educación, lo que ayudará a los trabajadores a obtener mejores empleos y salarios.
Sin embargo, concluyó que al implementar el Salario Rosa buscando una solución y abatir la discriminación salarial pues en México; las mujeres reciben 20 por ciento menos de salario que los hombres por el mismo trabajo, además de que son discriminadas por la edad, la raza, el género, la orientación sexual, la religión o la nacionalidad, aunque ésto sea ilegal en nuestro país como en muchos otros del mundo.

** Giselle Arellano es Lic. en Mercadotecnia por el ITESM y la California State University of Northridge. Ha realizado estudios de post grado en el IPADE Business School. Precursora de los Objetivos del Desarrollo Sostenible definidos por la ONU, e impulsora para disminuir la brecha de participación de mujeres de alto impacto social y los niños.

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