Con sus ropas sucias, desaliñado, con un letrero en sus manos, camina
en el crucero de Calton Road y San Darío de un lado para otro. Su
mirada detecta cualquier movimiento de los automovilistas, listo para
acudir al menor intento de darle una moneda o un billete.

Este indigente de aspecto anglosajón es uno de los 213 desamparados
que viven en las calles de la ciudad pidiendo monedas a los
transeúntes y que reflejan la cara del Laredo que muchos no quieren
ver, pero existe.

Un conteo realizado por la Coalición Para los Desamparados en Laredo
determinó que de los 213 indigentes detectados, 111 viven en
diferentes refugios, en hoteles y moteles con fondos del gobierno o en
viviendas de transición.

Aparte hay 112 más en las calles, en edificios abandonados, en
vehículos, parques públicos, estaciones de transporte y otros lugares
no destinados para ser habitados, precisó Alma Mata, vicepresidente de
la Coalición. Resaltó que 13 de los 213 indigentes son veteranos de
guerra, cinco habitan en refugios y ocho viven en las calles.

El estudio indica además que de los 213 contados, 26 tienen un
problema crónico de desamparo, es decir, se trata de personas con más
de un año sin una vivienda o han vivido cuatro episodios de desamparo
sin hogar en los últimos tres años.

Las agencias que tratan con este problema consideran que es serio
porque muchas personas experimentan problemas de desamparo al menos un
día al año, pero algunos lo sufren por semanas y meses.

Se identificó que las razones principales son los problemas
económicos, el desempleo, fondos insuficientes para pagar una renta o
la hipoteca de una casa así como las adicciones y los problemas
mentales.