Un reducido grupo de negocios en Texas reabrió el viernes en desafío a una disposición estatal contra el coronavirus, la cual permite a los establecimientos ofrecer servicio “para llevar” pero mantiene vigentes otras restricciones.

En Dallas, la dueña de un salón de belleza, Shelley Luther, recibió una citación judicial al mediodía pero se rehusó a cerrar su establecimiento. Luther tenía trabajando a dos estilistas y una experta en uñas, una fracción de su personal habitual. Varias personas llegaron para apoyarla, entre ellas un hombre con un arma larga convertida en asta para una bandera de Texas con una serpiente enrollada que decía “No me pises”.

Un restaurante de la zona de Houston abrió para atender a clientes que querían comer adentro, delimitando las mesas disponibles por el color del mantel para garantizar el distanciamiento social. Una mesa con mantel blanco estaba disponible. La que tuviera uno negro no.

“El derecho a reabrir de una manera segura debería ser nuestro derecho”, dijo Matt Brice, dueño de Federal American Grill, ubicado en el lujoso sector de Hedwig Village. “No nos deberían decir que tenemos que cerrar nuestro negocio”.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció a principios de mes diversos decretos para reabrir la economía estatal, pero los servicios dentro de salones de belleza y restaurantes no están permitidos todavía. Más de 1.3 millones de personas han solicitado asistencia por desempleo en el estado desde mediados de marzo y la desocupación se ha disparado a nivel nacional debido al cierre de negocios por el coronavirus.

Texas acumula 593 muertes y 22,806 casos de COVID-19, la enfermedad causada por el virus. El número de infecciones probablemente es mucho mayor porque mucha gente no se ha hecho la prueba y, según estudios, una persona puede estar contagiada sin sentirse enferma.

Abbot ha reabierto parques estatales y permitido a proveedores médicos reanudar las cirugías que no son de emergencia, incluidos los abortos. El viernes se autorizó a los negocios a que comenzaran a vender artículos para llevar. Algunos de los centros comerciales más grandes de Texas diseñaron planes para que los compradores lleguen en sus vehículos y recojan la mercancía que pidieron.

Texas no ha ido tan lejos como otros estados con gobernadores republicanos. El gobernador de Georgia, Brian Kemp, permitió a ciertos negocios, incluyendo los gimnasios, los salones de belleza y las salas de tatuaje, reabrir el viernes a pesar de las objeciones de algunos alcaldes demócratas.

Luther, la dueña de la estética Salon A La Mode en Dallas, dijo no saber cuánto le costará la citación que le entregaron, pero aseguró que no va a pagarla.

“Todos estamos utilizando equipo protector. Estamos desinfectando todo. Todo esta completamente higiénico allí adentro”, señaló, y agregó que no permite entrar a nadie sin mascarilla. Dijo que su negocio ha estado abierto casi tres años y le invirtió unos 35,000 dólares.

“Si lo pierdo, no tengo ahorros”, afirmó.