El gobierno de Joe Biden dijo el domingo que está «siguiendo de cerca» el anuncio de los rebeldes sirios sobre el derrocamiento del gobierno Bashar al-Assad, tras 13 años de cruenta guerra en la nación que ha dejado muertes, desplazados y exiliados por todo el mundo.
Los rebeldes declararon la victoria después de tomar el control de Damasco. Poco después, miles de sirios salieron a las calles a celebrar, mientras que familias enteras intentaban regresar al país. El Ejército indicó que Assad ya no está en control del país. Su paradero era desconocido el domingo.
«El presidente Biden y su equipo están siguiendo de cerca los extraordinarios acontecimientos en Siria y se mantienen en contacto constante con los socios regionales», dijo la Casa Blanca en un comunicado.
El subsecretario adjunto de Defensa para Oriente Medio, Daniel Shapiro, dij0 en la conferencia de seguridad del Diálogo de Manama en Bahréin: «Estados Unidos seguirá manteniendo su presencia en el este de Siria y tomará las medidas necesarias para impedir un resurgimiento del Estado Islámico».
Shapiro hizo un llamamiento a todas las partes para que protejan a los civiles, en particular a las minorías, y respeten las normas internacionales.
También el presidente electo de EEUU, Donald Trump, reaccionó a la noticia. «Assad se ha ido. Ha huido de su país. Su protector, Rusia, Rusia, Rusia, liderada por Vladimir Putin, ya no estaba interesada en protegerlo», publicó Trump en la red Truth Social.
«Rusia e Irán se encuentran en un estado de debilitamiento en este momento, uno debido a Ucrania y una mala economía, el otro debido a Israel y su éxito en la lucha», agregó el republicano y próximo presidente estadounidense.
