Las convocatorias a una nueva jornada de movilizaciones este sábado,
de chalecos amarillos y grupos sindicales, mantiene el temor en el
gobierno, de la posibilidad de cruzar un nuevo nivel de violencia.
Ante este contexto, el Ministerio del Interior confirmó el despliegue
de 89 mil agentes en toda Francia.
El dispositivo de contención incluye 12 gendarmerías blindadas. “Este
despliegue, reservado para las situaciones más degradadas, es muy
simbólico” y su uso fue solicitado por un diputado y un sindicato de
policías.
“Todas las fuerzas de la gendarmería serán movilizadas el sábado”,
quienes estarán listos como “medios excepcionales” en caso de
cualquier eventualidad que suceda, dijo el gobierno.
Después de la violencia, las autoridades fueron criticadas por las
deficiencias observadas, especialmente alrededor del Arco de Triunfo,
donde se registraron, hace unos días, los peores connatos de
violencia.
El Dato: La popularidad de Macron se desplomó este mes a 22 por
ciento, la peor desde su inicio.
Ante el Senado y la Asamblea Nacional, el ministro del Interior,
Christophe Castaner, prometió que la policía sería más ágil para
desafiar a aquellos que son presentados como matones.
“Hasta ahora, las fuerzas móviles, con su equipo pesado, recibieron la
orden de no establecer contacto con los manifestantes “, dijo Patrice
Ribeiro, del sindicato de la policía Synergy.
En un llamado a la calma, varios funcionarios del Ejecutivo invitaron
a los chalecos amarillos a ser más razonables y “no apoyar la acción
violenta”.
En otras partes de Francia, el exhorto va por evitar reunirse en
lugares sujetos a tensiones importantes.
Servicios de inteligencia enviaron a todos sus visores para vigilar a
la “ultraderecha que sueña con una revolución”.
