El consejo de los nueve cardenales (C9), un grupo formado por el Papa
Francisco para redactar una nueva constitución vaticana, anunció la
convocatoria del pontífice a todos los presidentes de las conferencias
episcopales del mundo a un histórico cónclave en Roma, donde el líder
de la Iglesia católica buscará alinear a todos sus generales en un
esfuerzo para erradicar los abusos sexuales cometidos por miembros del
clero.
“El Santo Padre Francisco, después de escuchar al Consejo de
Cardenales, ha decidido convocar una reunión con los presidentes de
las conferencias episcopales de la Iglesia católica sobre el tema de
la ‘protección de los menores’. La reunión con el Papa tendrá lugar en
el Vaticano, del 21 al 24 de febrero de 2019”, se lee en un comunicado
del C9.
De acuerdo con el consejo, que cerró una jornada de sesiones de tres
días con Francisco, a quien entregó el borrador de la nueva
Constitución Apostólica, los cardenales “han reflexionado ampliamente,
junto con el Santo Padre, sobre los temas del abuso y, continuando con
los trabajos para la reforma de la Curia Romana, ha concluido la
relectura de los textos ya preparados y ha hecho también motivo de
atención el cuidado pastoral del personal que trabaja en ellos”.
La decisión del Papa argentino responde a la creciente marea de
denuncias de abusos a menores de edad por parte de clérigos católicos
en Estados Unidos y Alemania, y los señalamientos en contra de
jerarcas de la Iglesia por encubrir estos crímenes que han estado
silenciados por décadas.
La cumbre de febrero busca no sólo atender los asuntos ventilados en
los referidos países sino mirar el conflcito en su dimensión global,
una intención que también intenta aplacar la presión de quienes
critican el tratamiento desordenado e insuficiente de la Iglesia en
detrimento de las víctimas de abuso sexual, sin políticas comunes,
transparentes y que se vinculen con las autoridades.
Y mientras los cardenales del mundo se alistan para tomar nota de las
medidas que impulse Francisco, los representantes de la Iglesia
estadounidense ya se adelantaron para una reunión no menos relevante
para contener los escándalos, concretamente el que involucra a 300
sacerdotes en Pensilvania.
Francisco recibe hoy al presidente de la Conferencia Episcopal de
Estados Unidos, Daniel DiNardo, y a varios obispos de ese país, entre
ellos el cardenal y arzobispo de Boston, Seán Patrick O’Malley, uno de
los más críticos de la “tibia respuesta” del Vaticano ante los casos
de pederastia y presidente de la Comisión Pontificia para la
Protección de los Menores.
El Dato: La Iglesia alemana se declaró “consternada” tras la
filtración de un estudio que revela que miles de niños sufrieron
abusos sexuales a manos de sacerdotes entre 1946 y 2014.
C9 SE LIMPIA DE CARDENALES DENUNCIADOS. A la sesión del C9 no
asistieron los cardenales Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo
emérito de Santiago de Chile, cuestionado por encubrir abusos a
menores en su país, y el australiano George Pell, quien afronta un
juicio también relacionado con violaciones sexuales.
El pasado lunes, el C9 explicó en un comunicado que había propuesto al
Papa Francisco reflexionar sobre “el trabajo, la estructura y la
composición del consejo”. Aunque la inminente renuncia de los
mencionados clérigos se dará, de manera oficial, por su avanzada edad
y el cumplimiento del periodo de sus funciones, la reflexión que se
presenta no deja escapar la gravedad de los problemas a los que están
sujetos tanto Errázuriz como Pell.
Así funciona una asamblea papal
El sínodo es una reunión de obispos de todo el mundo de carácter
consultiva, para asesorar al Papa en un tema particular.
La asamblea se reúne en Roma.
Cuando es extraordinaria, se exige a los convocados tratar un asunto
urgente que requiere fijar una posición inmediata.
En la celebración del Concilio Vaticano II, el Papa Juan XXIII, tuvo
en mente evitar en el futuro la dispersión de mensajes que la Iglesia
enviaba y su distanciamiento de la realidad.
Muerto Juan XXIII, Pablo VI no era ajeno a esta preocupación y, al
inaugurar la última sesión del Concilio, el 15 de septiembre de 1965
creó el Sínodo de Obispos con la misión de ayudar al pontífice a
realizar su tarea de gobierno.
Acepta renuncia de obispo arrestado
El papa Francisco aceptó la renuncia de un obispo brasileño arrestado
a principios de año con otros jerarcas católicos acusados de robar el
equivalente a cientos de miles de dólares de recursos de la Iglesia.
Francisco sustituyó al obispo de Formosa, José Ronaldo Ribeiro, con un
administrador temporal, medida que utiliza cuando necesita deshacerse
de algún obispo con rapidez y no tiene a la mano a un prospecto a
sucesor permanente.
El Papa argentino nombró al prelado brasileño en 2014, pero Ribeiro y
otros sacerdotes fueron arrestados y acusados en marzo de desviar 600
mil dólares en recaudaciones de la Iglesia, según medios de prensa
brasileños.
Francisco enfrenta un aumento de las exigencias para que sancione a
los obispos acusados de conductas impropias, sea sexuales, financieras
o de otro tipo, en medio de una revuelta de los laicos en contra de
los privilegios del alto clero.
