A casi una década, en la que la mayoría de los migrantes a Estados Unidos, procedían de México, El Salvador, Guatemala y Honduras, ahora; los flujos llegan desde países de origen no tradicionales, como Cuba, Venezuela y Nicaragua y están aumentando, sin embargo; los migrantes de México y del norte de Centroamérica, que buscaron cruzar la frontera entre México-Estados Unidos, en lo que va del 2022; aún representaron el 43 por ciento de total, en comparación con los de otros países.
Pero, desafortunadamente, se enfrentan al Título 42, el que le ha permitido a Estados Unidos expulsar a 2.4 millones de inmigrantes, durante más de dos años y medio, aunque la mayoría de estas deportaciones han sido durante la Administración de Joe Biden, que ha visto un agudo aumento en los flujos migratorios, especialmente de los provenientes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
De manera que el Título 42, es una de las restricciones fronterizas entre México y Estados Unidos, que fue instaurada bajo el gobierno de Donald Trump, para evitar la propagación de COVID-19, pero que bajo esta medida de salud pública, el vecino país, expulsa a las personas hacia México o a sus lugares de origen de manera inmediata; avalados bajo las reglas del programa en mención.
Es decir, el Título 42, prohíbe la entrada a Estados Unidos a personas migrantes; si cree que estas pueden introducir enfermedades, es por esto que Trump recuperó esta orden de los años 40 del siglo XX, so pretexto de la pandemia del COVID-19, por lo que en marzo del 2020 está normatividad migratoria, volvió a establecerse en las fronteras, con numerosas críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y defensa de personas migrantes.
Anterior a esta medida, las personas migrantes al ser detenidas por la policía fronteriza tenía tres posibilidades:

Ser expulsadas
Ser detenidas
Ser liberadas mientras sus casos se dirimían en las instancias judiciales de inmigración.

Sin embargo estos derechos se desvanecieron con la llegada del Título 42, ya que no da oportunidad a la solicitud de asilo por parte del migrante cuando es detenido, por lo que la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) calcula que desde marzo de 2020 a le fecha, se han expulsado al 60 por ciento de las personas migrantes que cruzan la línea fronteriza, es decir 1.7 millones aproximadamente. Tan sólo en abril de 2022 hubo 234 mil 088 registros de deportaciones de migrantes irregulares.
Pero a pesar de que el 1 de abril, la administración de Biden anunciará la derogación del título 42 a partir del 23 de mayo de 2022, la norma no se derogado sino que fue hasta este noviembre, cuando un juez federal del país norteamericano, anuló la política del Título 42 de la era Trump.
En las últimas semanas, antes de la sentencia del Juez Federal, se venía haciendo excepciones al Título 42, permitiendo el cruce de Ciudad Juárez a El Paso, Texas de más de 200 personas con altos grados de vulnerabilidad, principalmente mujeres y sus hijos, echo que fue bien recibido por organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil, como “Ayuda en Acción”.
En este sentido, especialistas opinan que con la retirada del Título 42, se beneficiaría a miles de migrantes que están en espera de solicitar asilo en el país norteamericano además de que aseguran que en los próximos meses se espera un aumento de migrantes en la frontera, lo que implicaría reforzar los sistemas migratorios de control fronterizo para que se respeten los derechos de las personas migrantes.
Por lo que los flujos de migrantes y solicitantes de asilo se están volviendo más hemisféricos y, como resultado; las políticas de control migratorio de Estados Unidos que se han impuesto a migrantes mexicanos y centroamericanos son incongruentes, con lo que se demuestra la necesidad de desarrollar nuevas estrategias regionales en materia de migración ya que el principal corredor migratorio en el mundo; es el conformado por México-Estados Unidos, que en el 2021, aumentó en 400 mil; el número de migrantes mexicanos radicados en el país vecino.
Aunque las autoridades de inmigración estadounidenses llevaron a cabo 2.38 millones de aprensiones y deportaciones (encuentros) en la frontera, durante este 2022, la estadística incluye un número significativo de migrantes que intentaron entrar en Estados Unidos en múltiples ocasiones sin autorización, reincidencia provocada por la falta de consecuencias, en la política de expulsión del Título 42 aplicada al comienzo de la pandemia de COVID-19.
Aun tomando en cuenta las entradas repetidas, el número de encuentros únicos en este año, superó el récord anterior de 1.64 millones de aprehensiones, lo que representa un aumento del 37 por ciento con respecto al 2021, lo que ha generado que se rebasen las capacidades de procesamiento, la infraestructura federal y las comunidades fronterizas.
Migrantes deportados por el Título 42 que entro en vigencia en el 2020
Por lo que ignorar la compleja historia detrás de estas tendencias, no solo obstaculiza el desarrollo y la implementación de políticas para gestionar mejor los flujos migratorios, sino que también desvanece la oportunidad de informar la creación de relaciones y políticas regionales, que puedan abordar las nuevas y compartidas realidades de la migración; que comienza mucho más al sur que México o al norte de Centroamérica.
Es por todo ello que la frontera entre Estados Unidos y México necesita un sistema sólido que pueda procesar a las personas migrantes que buscan protección de forma eficaz y humana además de que necesita garantías de que el país norteamericano, no volverá a adoptar medidas punitivas en un intento de disuadir a las personas de acercarse a la frontera además de que la administración Biden ha buscado la cooperación con los gobiernos de toda la región -en particular, con México- con el fin de que se comprometan a proporcionar asistencia humanitaria.