No es ninguna novedad que las bebidas saborizadas y carbonatadas que se comercializan no son nada saludables. Aunque en México tardó un poco, ya hay en el mercado refrescos artesanales que además de tener ingredientes completamente naturales están libres de aditivos y conservadores.

Quitarle el azúcar a las bebidas light o cero no es suficiente, la bebida en sí está llena de químicos y tienen muy pocos nutrientes.

Por eso los refrescos artesanales -aunque son pocos en México- son un importante primer paso para dejar atrás las bebidas lenas de aditivos artificiales.

Félix, schorle a la mexicana

Este refresco artesanal nació hace apenas dos años; Roberto Gabaldón junto con su hermano Félix -de quien toma el nombre para la bebida- comenzaron con esta aventura.

Roberto vivió en Alemania y en aquel país europeo existe una bebida llamada schorle que es algo así como un refresco pero con fruta natural.

La idea de este emprendimiento los llevó a Tehuacán, Puebla y Tulancingo, Hidalgo y ahí es donde embotellan.

Félix tiene cuatro sabores: manzana Chihuahua, maracuyá Veracruz, guayaba Michoacán y mandarina Yucatán.

El sabor de la manzana es dulce por naturaleza así que además de tener su refresco individual este jugo se añade a los demás como edulcorante. En el de maracuyá tiene la función de disminuir la acidez natural de la fruta.

La pulpa de las frutas que ya está mezclada pasa por un proceso de pasteurización para eliminar bacterias existentes y volverlos inocuos.

Ya que está lista se mezcla con agua y se carbonata. “No tienen conservadores, sabores artificiales, ni azúcares añadidos”, menciona Roberto.

Esta refresco artesanal puede durar hasta nueve meses por sus dos factores base: las pasteurización y la carbonatación.

En la CDMX ya se pueden encontrar en algunos restaurantes como Antolina, De mar a mar, Catamundi, etc.

¿Se te antojó probar una bebida artesanal completamente natural? Visita sus redes y entérate de todos los lugares en donde puedes encontrar Félix.

Facebook: @felixschorle

Instagram: @felix_schorle

Zega cola

Antonio Ambrosio y Eufemia Cruz son la pareja que encabeza Zega cola, un refresco artesanal elaborado en un taller montado por ellos mismos y en donde la creatividad ha sido de gran ayuda.

Santa Ana Zegache, Oaxaca es el lugar en dónde nació Zega cola. El proyecto tiene alrededor de 4 años y surgió después de un curso para la elaboración de refrescos.

La receta consta de varios aceites como canela, naranja, limón, lima, cilantro, nuez moscada y lavanda. También utilizan ácido cítrico, goma arábiga, cafeína y un jarabe de azúcar para endulzar.

El proceso de producción no es barato porque algunos de los aceites y la goma son importados.

La preparación del producto final consiste en mezclar una onza del concentrado de Zega cola con agua mineral.

La presentación de este refresco artesanal es en una botella de 250 mililitros de jarabe concentrado que puede durar hasta seis años refrigerado una vez abierto.

Algunos restaurantes ya lo tienen a la venta y aunque su producción ha aumentado ni Antonio ni Eufemia sobreviven de las ganancias de Zega cola.

Los Danzantes y Antolina son dos de los lugares en la CDMX en donde puedes probar esta alternativa a los tradicionales refrescos comerciales.

Facebook: @zega-cola

Lek, Delison y Zacatlán

Lek es un refresco artesanal que se hace y comercializa en Chiapas, comenzó apenas en 2018. Es sabor durazno y para producirlo se pasteuriza y carbonata la pulpa natural.

En sus redes sociales tienen todo el directorio de lugares en donde se puede encontrar, principalmente en San Cristóbal de las Casas.

Delison es el refresco artesanal de manzana tradicional de Zacatlán de las manzanas en Puebla. No es ninguna sorpresa que aquí las manzanas son las protagonistas; elaboran sidra y esta bebida carbonatada que también tiene sabores de durazno y moras.