San Andrés Mixquic es uno de los siete pueblos originarios, que
conforman la delegación Tlahuác, en la ciudad de México.

Y es importante, debido a que cada año recibe a miles de turistas
mexicanos y extranjeros durante las festividades del Día de muertos.

Los habitantes los adoptan con monumentales ofrendas dedicadas a sus
difuntos, colorido papel picado, tapetes de aserrín, velas, flores,
calaveritas de azúcar y delicioso pan de muerto, entre otros elementos
tradicionales.

Entre las ofrendas de cada familia se pueden encontrar desde los
tradicionales tamales, el dulce con tejocote y guayaba, caña y
piloncillo, tal y como lo comían sus ancestros.

Tampoco puede faltar el pescado fresco de las chinampas, el mixmole,
que es un mole elaborado con pescado, acelgas, tomate, epazote y chile
verde o rojo, guisado con manteca de cerdo.

Otro elemento representativo de esta fecha es el pulque, bebida
consumida por personas mayores y que en años recientes lo acompañan
las botellas de cerveza, tequila o brandy.

Además, aquí no se acostumbra pedir calaverita con una calabaza; lo
hacen con una calavera de chilacayote y a través de un recorrido
durante la noche del 1 de noviembre.

En la actualidad, muy cerca del cementerio, como en varios lugares de
México, podemos encontrar innumerables puestos ambulantes llenos de
comida, que año con año, ahí se instalan para alimentar las almas de
los vivos.

Tacos, garnachas, comida típica, dulces, botanas y diversas bebidas
estarán listas para calmar el hambre de aquellos que han acudido a
visitar a sus seres queridos que ya han fallecido.