Por Chef Raúl Sergio Llamas R.

Seattle, Washington.- El Día de Acción de Gracias, también conocido como «Thanksgiving», es una de las celebraciones más importantes en Estados Unidos.

Su origen se remonta a 1621, cuando los inmigrantes europeos ofrecieron una comida a los nativos americanos de Plymouth, en la actual Massachusetts, como muestra de agradecimiento por la enseñanza de técnicas de caza y cultivo.

Con el tiempo, esta costumbre se convirtió en una tradición que se celebra anualmente el último jueves de noviembre.

Y en el centro de esta celebración se encuentra la comida.

El menú típico de Acción de Gracias es un auténtico festival de comida.

Aunque ha evolucionado con el tiempo, mantiene una característica fundamental: se centra en productos de temporada, especialmente aquellos relacionados con las cosechas de final del verano y de otoño.

La estrella de la fiesta es, sin duda, el pavo de Acción de Gracias.

Este ave majestuosa se cocina de manera tradicional en un horno, y se sirve con una variedad de guarniciones y salsas.

Uno de los platos más populares que se sirven junto con el pavo es el relleno.

Esta mezcla de verduras, hierbas e ingredientes diversos se cocina dentro del pavo o en una bandeja separada, y es un complemento perfecto para la carne del ave.

Otro plato indispensable en la mesa de Acción de Gracias es la cazuela de judías verdes.

Esta guarnición se cocina con cebolla, ajo y otros ingredientes, y se sirve caliente junto con el pavo y el relleno.

Finalmente, no puede faltar la salsa de arándanos rojos.

Esta fruta autóctona de Norteamérica se cocina con azúcar y otros ingredientes para crear una salsa dulce y ácida que se sirve como complemento para el pavo y otros platos.

En resumen, la comida del Día de Acción de Gracias es una celebración de la abundancia y la gratitud.

Con su variedad de platos tradicionales y sabores deliciosos, es una experiencia culinaria que no te puedes perder.