A través de Internet, blogglers  o amigos, nos hemos enterado que
existen algunos alimentos e ingredientes a los que puede considerarse
«malos», debido a que son los culpables de provocar severos problemas
de salud.

Sin embargo, existe una forma de desmentir estas hipótesis y se trata
de la evidencia científica para probar la total seguridad de los
alimentos. Pero incluso eso, no siempre es suficiente para calmar el
rumor en internet.

Por ello, te decimos cuáles son los alimentos que no son dañinos para la salud:

1. El sazonador con glutamato monosódico no causa dolores de cabeza

Mucha gente todavía piensa que comer algún sazonador potenciador del
sabor (con glutamato monosódico) causa dolores de cabeza, náuseas,
dolor en el pecho y palpitaciones cardíacas, un conjunto de síntomas
que alguna vez se denominó «síndrome del restaurante chino».

Sin embargo, ese miedo es infundado, ya que el glutamato monosódico
(MSG) fue descubierto por primera vez por un químico japonés. No
obtuvo su mala reputación hasta 1968, cuando un médico publicó una
carta en el New England Journal of Medicine preguntándose por qué
siempre se sentía entumecido y tenía palpitaciones del corazón después
de comer comida china. Algunos expertos pensaban que MSG tenía la
culpa.

Pero en posteriores estudios en humanos, MSG no ha logrado causar esos
síntomas negativos, incluso en personas que creen que son sensibles a
este. Los científicos ahora reconocen que un porcentaje muy pequeño de
personas puede reaccionar al glutamato monosódico, según la Clínica
Mayo, pero la mayoría de las personas no tendrán problemas para
ingerirlo en cantidades razonables.

2. Los edulcorantes artificiales no te provocarán cáncer

Algunos estudios en animales han sugerido un vínculo entre los
edulcorantes artificiales y el cáncer. Pero los estudios en humanos no
muestran ningún aumento en el riesgo de esta enfermedad, de acuerdo
con la American Cancer Society.

Si los edulcorantes artificiales realmente ayudan a las personas a
perder peso es otra historia. Solo sé que el refresco dietético
ocasional no es un gran problema, y es probablemente una mejor opción
que un refresco regular, dicen algunos expertos. Solo existe evidencia
«clara e inequívoca» sobre los daños causados por un exceso de azúcar
real.

3. Los carbohidratos no son tan malos…

Cuando pensamos en los carbohidratos, normalmente pensamos en los
alimentos elaborados con harinas refinadas: bagels, galletas, el
contenido de una cesta de pan de un restaurante.

Pero hay muchos alimentos pesados en carbohidratos que también son
ricos en nutrientes, que incluyen legumbres, cereales integrales y
frutas y verduras.

Reducir los panes y las galletas, podría ser parte de un plan de
pérdida de peso saludable, sin duda. Pero no es justo satanizar a los
carbohidratos en general. Si realmente reduces todos los
carbohidratos, es posible que te estés perdiendo nutrientes clave.

4. No renuncies al café si no quieres

Muchas dietas de «desintoxicación» y «limpieza» aconsejan dejar el
café. Los adictos a la cafeína estarán felices de saber que no hay una
razón científica real para dejar de tomarlo.

Hay evidencia para demostrar que el café puede reducir el riesgo de
diabetes tipo 2, cáncer de hígado, enfermedad de Parkinson y
enfermedad cardíaca, según la Facultad de salud pública de Harvard.
Los bebedores de café incluso parecen vivir más tiempo, según sugieren
algunos estudios recientes.

Como con cualquier comida, sin embargo, la clave es no ingerirlo
demasiado. La Clínica Mayo aconseja a los adultos limitar su ingesta
de cafeína a 400 miligramos por día.

5. No todos los peces están contaminados con mercurio

Tal vez evitas comer pescado porque tienes miedo de comer demasiado
mercurio. No obstante,  algunas especies de peces contienen altos
niveles de mercurio, y la intoxicación por este elemento causa
problemas neurológicos, de acuerdo con el Consejo de Defensa de
Recursos Naturales de EU.

Los mariscos son una fuente clave de ácidos grasos omega-3, un tipo de
grasa que tiene numerosos beneficios para su cuerpo, particularmente
su corazón. Un estudio encontró que comer una o dos porciones
semanales de pescado graso como el salmón reduce el riesgo de morir
por enfermedad cardíaca en un 36%.

Y es fácil obtener esos beneficios mientras se evita el mercurio. Solo
tienes que seleccionar los últimos peces en la cadena alimenticia, que
tienden a tener menos mercurio.