Desde la pintura rupuestre hasta el cine de Hollywood, con sus faunos,
minotauros y cíborgs, el arte ha creado distintos tipos de figuras
«híbridas», que a partir de hoy dialogarán entre sí en una muestra de
97 obras presentada en Ciudad de México.

Híbridos. El cuerpo como imaginario, que estará abierta al público del
9 de marzo al 27 de mayo en el Museo del Palacio de Bellas Artes,
reúne piezas de 40 colecciones de instituciones como el Museo del
Louvre, el Reina Sofía de Madrid, el Museo de Arte Moderno de Nueva
York y el Museo Nacional de Antropología de México.

El vestíbulo de la exposición es una simulación proyectada de una
cueva prehistórica. A partir de ahí se exhiben piezas prehispánicas,
máscaras, cuadros de artistas como Pablo Picasso, Marc Chagall,
Francis Bacon y Francisco Toledo y escenas de películas como Furia de
titanes, Birdman, El laberinto del fauno y Jason y los argonautas.

Monstruos, sirenas, esfigies, máscaras, seres mitad mujer y mitad
árbol, hombres con cabeza de planta, diablos y ángeles llegan al
principal recinto cultural de México días después de que el director
mexicano Guillermo del Toro ganara el Oscar a mejor director y
película con La forma del agua, una historia de amor entre un anfibio
y una mujer.

Aunque en la presentación se le rindió homenaje a Del Toro, la
andadura de la muestra comenzó mucho antes. «Esta exposición ha sido
un trabajo muy, muy importante realizado durante varios años», dijo el
director del museo sede, Miguel Fernández Félix, en un recorrido para
la prensa previo a la inauguración.

Surgió a partir de una muestra organizada en París por Tatyana Franck,
directora del Museo del Elíseo de Lausana, Suiza, que derivó en la
realización de un coloquio internacional sobre el tema en México en
2016 y ahora en la exposición.

La cinta de Del Toro es una muestra «una vez más de que los híbridos
nunca han tenido tanta importancia en nuestro imaginario cultural como
hoy en día», dijo Franck en la presentación.

«A través de las criaturas híbridas el arte nos invita a volver a
cartografiar las relaciones entre las especies y los géneros, pero
también a viajar en el tiempo y en el espacio», señaló.

De acuerdo con el subdirector de patrimonio artístico del Instituto de
Bellas Artes de México, Javier Guzmán, la muestra «promueve una
reflexión sobre las múltiples formas cómo el ser humano ha manipulado,
transformado, difusionado su cuerpo para proyectarse, cuestionarse y
encontrar en el reflejo de lo otro su propia identidad».

Es un ámbito donde «lo monstruoso, lo extraño y lo fabuloso se
convierten en expresiones estéticas», señaló