Braulio Álvarez es el primer extranjero en ocupar el puesto de bailarín solista en el Ballet de Tokio, ciudad a la que llegó hace tres años.

“Ser parte de una compañía de esa naturaleza es un logro enorme. Como bailarín sembré en mi carrera todo mi esfuerzo y dedicación para cursar los estudios necesarios y, ahora, ejercer profesionalmente en una agrupación como esa es similar a recoger un fruto fabuloso”, declaró.

Su carrera inició en la capital mexicana con entrenamiento en danza clásica, y después se preparó en Alemania.

Cuando tenía 11 años “decidí que quería ser bailarín profesional, así que exigí más clases y entrenamiento; a los 15 fui a estudiar en una escuela de artes en California”. De ahí participó en un concurso en Suiza, lo que lo hizo obtener una beca para el Ballet de Hamburgo.

Estudió dos años, tras los cuales lo contrataron como integrante del cuerpo de baile y así permaneció varios años, hasta que “me observaron y contrataron en el Ballet de Tokio” explicó.