martes , 24 septiembre 2024

La burla ciudadana

Por Raúl S. Llamas

El populismo destruye la ciudadanía. A la ciudadanía, aquella que vive en las colonias, a la que le falta el agua, a la que le cortan la luz, a la que no ayudan en lo más básico como es la educación: eso, destruye la ciudadanía, reduce derechos y causa daños generacionales. La ciudadanía pasa a ser el “pueblo”, concepto evasivo; a la que con regalos superfluos, les hacen creer que son parte de un gobierno que se interesa en ellos y que para conseguir apoyos deben estar unidas alrededor de una líder y una propuesta de ciudad. Lo que es peor, los diferentes, los que hablan sobre la verdad, son señalados y perseguidos.La concepción de ciudadanía no debe estar amarrada a recibir «regalitos» de fundaciones y de personas supuestamente entregadas y de gran corazón, que no tienen idea de lo que es tomar clases con la falta de lo más elemental.Formar ciudadanía significa respetar y desde el gobierno trabajar para que la sociedad pueda crecer en su conjunto. La participación de los ciudadanos en el gobierno es y debe ser la piedra angular de la democracia. Ser ciudadanos activos consiste en tener el derecho, los medios, el espacio y la oportunidad, incluso el apoyo, para participar e influir en las decisiones y colaborar en las actividades, con el fin de contribuir a la construcción de una sociedad mejor para todos.Pero si los representantes, de la ciudadanía, viven en una ciudad extranjera y no ven las necesidades básicas del «pueblo» se genera un gran daño a los futuros ciudadanos.Uno de los deberes básicos de un gobierno responsable e institucional es ayudar a crear ciudadanía. Esto puede logarse a través del sistema educativo, pero también del cumplimiento del Estado de Derecho.Lo lamentable del caso es que la clase política, actualmente en el poder, en este noble Nuevo Laredo, no está ayudando a crear ciudadanía. La mejor defensa contra las acciones de una autoridad incapaz y que ha olvidado a sus representados, son las y los propios ciudadanos.La democracia debe quedar en manos de ciudadanos y ciudadanas. Si solo un puñado de personas y una familia la hacen suya, entonces no hay como defenderla contra el ataque de los populistas, los oportunistas y los demagogos.La ciudadanía de Nuevo Laredo, merece ya un mejor futuro.La ciudadanía de Nuevo Laredo, no merece la herencia de la demagogia y concentración de poder en una sola familia.A las grandes mayorías sociales les importa vivir en una democracia responsable que les de escuelas, que les de agua, luz y no regalitos baratos.

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