Por Raúl S. Llamas Reyna
Vancouver, Canadá. – De mis desayunos favoritos para preparar los fines de semana son chilaquiles. Es uno de los desayunos más frecuentes de mi casa, aun estando en Canadá.
La historia de esta tradicional platillo no define si su origen es prehispánico o de la época colonial, ya que sus ingredientes principales son chile y tortilla originarios de México pero la mezcla con queso, cebolla y pollo fueron adaptados del viejo mundo.
Uno de los primeros registros de la salsa de chile es narrado por Fray Alonso de Molina en 1571, quien llegó a la Nueva España durante su niñez, aprendió náhuatl y sirvió como evangelizador e intérprete bajo las órdenes de Hernán Cortés.
Se habla de los chilaquiles en su forma moderna en 1821, en el Arte nuevo de cocina y repostería acomodado al uso mexicano.
Actualmente, existe una gran cantidad de variedades de chilaquiles, algunas con ingredientes poco comunes o con salsas exóticas.
Sin embargo, en esencia todos deben estar compuestos por tortillas de maíz y salsas con chiles.
A mi papá le gustan blandos, en salsa verde y con un huevo estrellado, montado en ellos.
De acuerdo con la tradición, los chilaquiles son el mejor alimento para el desayuno.
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