Texas informó este viernes que ha enviado a más de 10 mil migrantes a Washington, la ciudad de Nueva York y Chicago desde abril, ya que el gobernador Greg Abbott busca presionar a la administración Biden para ayudar a aliviar los impactos del aumento en los cruces fronterizos.
Abbott informó que el estado ha enviado en autobús a más de 7 mil 900 personas a Washington en los últimos cinco meses, 2 mil 200 a Nueva York y 300 a Chicago, como parte de su política migratoria.
Los migrantes, muchos de los cuales esperan audiencias sobre solicitudes de asilo, generalmente piden que los suban a los autobuses para poder reunirse con amigos o familiares en esas localidades.
Abbott, un republicano, pinta el programa de transporte en autobús como un castigo para los políticos demócratas que, según él, no han podido idear un plan para abordar el caos fronterizo causado por los cruces no autorizados. Texas ha gastado más de 12 millones de dólares en el programa.
Arizona comenzó a seguir los pasos de Texas en mayo y ha gastado más de 3 millones en transportar a más de mil 500 solicitantes de asilo a la costa este.
A principios de esta semana, la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, declaró una emergencia de salud pública en respuesta a los autobuses. También anunció que la ciudad gastaría 10 millones de dólares para establecer una nueva oficina para brindar apoyo y servicios a los inmigrantes que llegan de Texas y Arizona.
Los alcaldes de la ciudad de Nueva York y Chicago también criticaron el programa de Abbott y pidieron recursos federales adicionales, junto con donaciones privadas para ayudar a apoyar a los inmigrantes.
Por otro lado. de acuerdo con información del Banco de la Reserva Federal de Dallas, la economía en Texas continúa en desaceleración, durante agosto, diversas empresas de distintos giros reportaron menores ingresos y fabricantes señalaron caídas en los nuevos pedidos.