El grafeno es uno de los supermateriales más populares del planeta, pero también uno de los más desconocidos. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Texas que estudia las cualidades de este milagroso material ha descubierto un método que podría cambiar la vida de muchas personas: un tatuaje electrónico temporal capaz de monitorear la presión arterial. ¿El ingrediente clave? El grafeno.

Los han llamado e-tattoos, y básicamente son tatuajes temporales hechos con grafeno capaces de monitorear durante días la tensión arterial. Lo que sería un tensiómetro de toda la vida pero permanente e integrado en nuestro propio cuerpo en forma de tatuaje. 

“La presión arterial es el signo vital más importante que podemos medir, pero los métodos para hacerlo fuera de la clínica son muy limitados”, comentó Deji Akinwande, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad de Texas y uno de los responsables del proyecto. El e-tattoo permitiría tener un control más exhaustivo y constante de la tensión.

La presión arterial alta puede derivar a enfermedades cardíacas graves si no se trata. Tener un control de presión arterial es difícil, ya que se suele medir en momentos puntuales. Pero, ¿qué pasaría si lleváramos un tensiómetro integrado en nuestro cuerpo? Probablemente evitaríamos más de un susto. Este es precisamente el objetivo del e-tattoo

Tal y como se describe en el artículo Continuous cuffless monitoring of arterial blood pressure via graphene bioimpedance tattoos publicado en la revista Nature, el tatuaje temporal de grafeno tiene 12 tiras de grafeno casi invisibles colocadas en dos filas a lo largo de las dos arterias principales del antebrazo. Las tiras más externas envían pequeñas señales eléctricas al interior del brazo, mientras que las internas detectan alteraciones en el flujo sanguíneo. 

El tatuaje lleva integrado un sensor que los autores describen como «ligero y discreto». «Lo colocas y ni siquiera se ve»”, comentan. Este dispositivo lanza una pequeña corriente eléctrica para medir la presión y después analiza la respuesta del cuerpo, lo que se conoce como bioimpedancia. Los investigadores crearon un modelo de aprendizaje automático para analizar la conexión y obtener lecturas precisas de la tensión.