El último avión con la matrícula MSN 272 despegó desde Hamburgo y se dirigió al centro de operaciones de la aerolínea Emirates en Dubai. El evento de despedida fue puramente formal debido a las restricciones por el COVID. Sin embargo, es probable que se deba a que la compañía europea no quiso atraer mucha atención al final prematuro de un proyecto tan ambicioso.
Al final, tan solo 251 unidades fueron ensambladas, con lo cual el gigante europeo superó por solo una aeronave al también mítico Lockheed L-1011 Tristar, que sufrió un destino similar. A pesar de haber sido una aeronave tecnológicamente avanzada para su tiempo, tanto el Airbus A380 como el L-1011 emergieron en un mal momento, pues no han logrado adecuarse a las realidades del mercado de la aviación que no para de evolucionar.
A lo largo de toda su existencia, el A380 ha sido siempre sinónimo de términos superlativos, y no es para menos. El gigante tetramotor mide 72,7 metros de largo y 24 metros de alto, y tiene una impresionante envergadura de 79,7 metros. Con sus enormes dimensiones y dos cubiertas completas, tiene capacidad para hasta 853 pasajeros, aunque en la mayoría de los casos los A380 están configurados para tener menos asientos y más comodidades.
Cuando Airbus lo estaba desarrollando, el A380 tenía que competir con la reina de los cielos, el Boeing 747, que durante varias décadas dominó las alturas. Sin embargo, poco después la industria de la aviación empezó a rechazar el sistema de vuelos basado en los llamados hubs, o centros de conexión. En este sistema, los pasajeros vuelan en un avión grande hasta un gran aeropuerto, y desde allí toman vuelos adicionales en aeronaves más pequeñas hasta sus destinos finales.
Así, con la llegada de los vuelos punto a punto, donde las aeronaves transportan a los pasajeros directamente entre su punto de partida y su destino final sin importar la distancia, los aviones grandes empezaron a perder la demanda por parte de las aerolíneas.
Y es que los aviones tetramotores son mucho más caros de mantener, consumen más combustible y a veces es más difícil llenarlos de pasajeros, lo cual repercute en su rendimiento económico. De tal modo, los nuevos reyes de los cielos son los aviones de fuselaje ancho bimotores, como el A350 o el Boeing 787.
De hecho, hace años que Boeing no recibía pedidos para la versión de pasajeros de su mítico 747, que solo goza de demanda en el ámbito de transporte de cargas. Por ello, al igual que en el caso del A380, Boeing anunció que terminaría la fabricación del Jumbo Jet tras entregar las aeronaves ya pedidas. Por desgracia, el A380 no pudo disfrutar de semejante prolongación de vida, pues solo existe en una versión de pasajeros y no hay planes de reconvertir las aeronaves existentes para servir a fines de transporte de cargas.