Un hombre mexicano identificado como Abel Revill Ochoa, será ejecutado
por el asesinato de cinco miembros de su familia, según notificó este
el estatal Departamento de Justicia Criminal.

El estado de Texas programó para el 11 de febrero de 2020 dicha ejecución.

Ochoa, de 46 años y nacido en la localidad de Vicente Guerrero en
Durango, México, recibirá una inyección letal si no lo impide antes la
Justicia en la prisión de Huntsville.

Según los investigadores, la causa de la masacre fue que Ochoa, que
era drogadicto, se terminó el crac que tenía a mano. Los abogados
defensores argumentaron que su cliente actuó en un estado de delirio
inducido por la droga.

El jurado que lo juzgó en 2003 tardó menos de 10 minutos en deliberar
y condenarlo a muerte.

Distención por ejecuciones entre Texas y México

La ejecución en los últimos años de mexicanos en Texas ha estado
envuelta siempre de polémica, ya que en 2004 la Corte Internacional de
Justicia (CIJ) ordenó reconsiderar los casos de 51 ciudadanos de ese
país condenados a muerte en Estados Unidos.

Es por ello que el Gobierno de México, expertos de Naciones Unidas en
Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) han presionado al estado de Texas para que suspendiera las
ejecuciones de mexicanos alegando que no tuvieron juicios justos ni se
cumplió con ellos el debido proceso.

Texas, sin embargo, ha desoído las presiones diplomáticas, así como el
fallo de la CIJ, al ejecutar en la última década a seis mexicanos.